¿Cuál es el papel de un psicólogo en una Unidad de Sueño?
La figura del psicólogo en una unidad de sueño es tan importante como lo son las relaciones que se dan entre el sueño y la salud psicológica y emocional de una persona.
El sueño y los factores psicológicos (el estado de ánimo, es decir, cómo nos sentimos; nuestros hábitos o nuestra forma de comportarnos; las creencias o nuestra forma de pensar; los procesos implicados en el aprendizaje…) se influyen mutuamente provocando diferentes resultados. Para poder entender estas complejas relaciones utilizaremos 3 ejemplos clínicos.
Caso clínico 1: Insomnio
Es un trastorno del sueño secundario a una causa psicológica, esto significa que con frecuencia aparece asociado a una o más de las siguientes causas:
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un desorden emocional. Por ejemplo, tristeza intensa o depresión
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un desorden de ansiedad o una situación de estrés más o menos prolongada
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un desorden psicológico de base. Por ejemplo: un trastorno de la conducta alimentaria, de personalidad o de consumo de sustancias
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hábitos incompatibles con el sueño y el descanso
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creencias y pensamientos ansiógenos en relación al sueño, es decir, que generan ansiedad por sí mismos
En este primer ejemplo, los factores psicológicos están actuando como elementos que desencadenan o mantienen el trastorno de sueño. El tratamiento, por tanto, irá dirigido a esos factores psicológicos.
Caso clínico 2: SAHS (Síndrome de Apnea Hipopnea del Sueño)
La causa de este trastorno es orgánica, es decir, se produce a nivel físico y su tratamiento, por tanto, será médico. Sin embargo, tras el diagnóstico y/o durante el tratamiento, pueden aparecer dificultades psicológicas de diferente tipo que influirán negativamente en el tratamiento y en la evolución de la enfermedad y que será necesario abordar de forma independiente.
Aquí los síntomas asociados al trastorno del sueño actuarán como perturbadores del mismo.
Caso clínico 3: Narcolepsia
Este caso es muy similar al anterior. También se trata de un trastorno del sueño con una causa orgánica que requerirá un tratamiento médico. Sin embargo, los síntomas psicológicos actúan de forma distinta. Más que perturbar el trastorno del sueño, serán una consecuencia del mismo, ya que las personas con este diagnóstico pueden tener una afectación importante a nivel personal, social y académico/laboral.
Vemos, por tanto, que no podemos dejar “lo psicológico” a un lado si nuestro objetivo es un abordaje terapéutico integral de los trastornos del sueño.
Para finalizar, y respondiendo a la pregunta con la que hemos empezado, el papel del psicólogo en una unidad de sueño será generar un espacio para intervenir psicológicamente en lo que nos está pasando, bien como objetivo principal o bien de forma paralela al tratamiento médico.