En la actualidad el tratamiento de elección del Síndrome de Apnea-hipopnea del Sueño (SASH) es el CPAP (Continuous Positive Airway Pressure). El tratamiento con CPAP requiere paciencia, constancia y perseverancia ya que es un tratamiento crónico.
- ¿Por qué paciencia, constancia y perseverancia?: porque supone acostumbrarse a dormir con una máquina.
- ¿Por qué crónico?: porque requiere que se utilice todas las noches durante un largo periodo de tiempo y en muchas ocasiones acompañará al paciente el resto de las noches de su vida.
- ¿Por qué no curativo?: porque no cura las apneas, lo que hace es evitar que ocurran mientras el paciente usa el tratamiento, disminuyendo las consecuencias cardiovasculares asociadas al SASH y otros síntomas asociados, mejorando la calidad de vida de los pacientes.
Por todo esto, desde nuestra unidad seguimos muy de cerca al paciente para acompañarle a lo largo de todo este proceso, que podemos dividir en 3 fases:
Fase inicial
Es el primer paso y su objetivo es que la persona salga de la consulta con la máxima información posible.
Entender nuestra enfermedad, saber su causa y cuál es la mejor opción de tratamiento reduce la ambigüedad, la incertidumbre y la ansiedad asociada al diagnóstico.
Por ello, después de comunicar los resultados al paciente, nos tomamos un tiempo para explicarle detenidamente qué es la apnea del sueño, por qué sucede, qué implicaciones tiene para la salud y cómo lo podemos abordar. A continuación, les explicamos qué es el CPAP, cómo funciona y qué cosas pueden hacer para que la primera toma de contacto sea lo más cómoda posible.
Fase de adaptación
Tiene una duración variable ya que cada persona requiere un tiempo para habituarse. Aunque por lo general, suele oscilar entre 6 y 8 semanas.
¿Qué es estar adaptado? Poder dormir con la máquina todas las noches, la mayor parte del tiempo.
Llegados a ese punto, el paciente tiene una consulta con nuestro técnico para plantear las dudas y dificultades asociadas al uso de la máquina, si las hubiese, y valorar la adaptación a la misma. Cuando el paciente ya está adaptado, es decir, que duerme toda la noche o la mayor parte de la misma con el CPAP, se realiza una prueba para ajustarle la presión (determinar cuál es la “dosis de presión” necesaria para el paciente en cuestión).
Fase de mantenimiento
Es una fase prolongada en el tiempo que se mantendrá mientras se esté utilizando el dispositivo. Y tiene como objetivo el uso controlado y regulado del CPAP.
Para ello, el paciente vendrá anualmente a la unidad para tener su revisión médica. En ella se valorarán dos cosas. Por un lado, la “dosis de presión necesaria” a través de la misma prueba que se realizó en la fase de adaptación. Y, por otro, cuál es el uso del dispositivo, si ha habido cambios en el peso, en hábitos alimentarios, en sustancias, nuevas condiciones médicas y que el paciente continúa asintomático.