El insomnio se caracteriza por la queja subjetiva de un sueño no satisfactorio en calidad o en duración, presentándose como una dificultad para iniciar el sueño, para mantenerlo o tener un despertar matutino. El insomnio no es exclusivamente un problema nocturno, es un trastorno de la vigilancia que dura las 24 horas del día, un estado de hiperalerta. El paciente insomne es incapaz de dormirse tampoco durante el día.
Hablamos de insomnio agudo cuando los síntomas están presentes por un periodo de tiempo inferior a 1 mes y de insomnio crónico cuando superan los 3 meses y conlleva un trastorno diurno.Habitualmente el problema comienza coincidiendo con una situación estresante, ya sean unas oposiciones, estudios, problemas laborables, una enfermedad o problemas personales, que nos van a generar una ansiedad diurna y a adquirir unos hábitos de sueño incorrectos, que provocan en muchos casos que a pesar de haberse solucionado la situación estresante, el problema del sueño persista.
El insomnio es el trastorno del sueño más frecuente: hasta el 30% de la población general presenta síntomas de insomnio. Tienen más probabilidades de padecer insomnio las mujeres, la personas de edad avanzada y las personas con depresión, si bien es verdad que los síntomas de insomnio los observamos más frecuentemente en personas muy perfeccionistas, que lo quieren abarcar todo… En los ancianos el incremento de las quejas de insomnio parece estar ligado a una serie de factores como enfermedades médicas y/o psiquiátricas, consumo elevado de medicamentos que en muchas ocasiones interfieren en el sueño, deterioro neurológico, falta de actividad física, además de las alteraciones circadianas en el ritmo vigilia sueño que se dan en el envejecimiento.
