La Narcolepsia es una enfermedad del sueño discapacitante cuyo síntoma principal es la somnolencia excesiva durante el día. Ésta puede acontecer como una somnolencia continua, especialmente ante situaciones tranquilas en las que no se requiere mucha actividad, o con ataques de sueño que pueden suceder mientras hablan o incluso caminan o están de pie.
El síntoma característico de esta enfermedad es la cataplejía: son pérdidas del tono muscular (de la fuerza) ante situaciones emocionales, especialmente la risa, aunque también pueden suceder ante emociones negativas. Estas pérdidas de tono muscular pueden ser generalizadas, pudiendo el paciente caer al suelo, o parciales, afectando a un grupo muscular y siendo por lo tanto más sutiles y pudiendo pasar más desapercibidas (leve caída de la cabeza por debilidad de la musculatura cervical o caída de la mandíbula por debilidad de su musculatura…).
Característicamente, durante los episodios de cataplejía el paciente no pierde la conciencia. La tetrada de los síntomas se completa con las alucinaciones al inicio o al despertar del sueño (alucinaciones hipnagógicas) y con la parálisis del sueño: episodios que ocurren al despertar del sueño o al iniciarlo en los que a pesar de estar despierto no puede moverse por persistir la atonía muscular característica del sueño REM en la vigilia. El episodio suele durar de segundos a varios minutos.
Es una enfermedad que suele comenzar en la niñez o la adolescencia, aunque desafortunadamente su diagnóstico se suele retrasar hasta la edad adulta, la mayoría de los casos por el gran desconocimiento a nivel popular y médico que existe de esta enfermedad, siendo estos pacientes, en muchos de los casos, etiquetados como vagos, perezosos o dormilones.
