El sueño es el estado en el que nuestro cuerpo y mente descansan y recuperan. Está implicado en funciones inmunológicas, en el crecimiento y en la regeneración de los órganos y tejidos, en el aprendizaje y la consolidación de la memoria y otros procesos cognitivos, por lo que una cantidad o calidad de sueño inadecuadas van a tener un impacto negativo en nuestra salud.
El patrón de sueño de un recién nacido nada tiene que ver con el de un niño de 5 años o el de un adulto. Esto es debido a la inmadurez que presentan los centros nerviosos que se encargan de regular el ciclo vigilia-sueño en el recién nacido. En el Núcleo Supraquiasmático del Hipotálamo se encuentra el reloj biológico interno, encargado de regular el ciclo vigilia-sueño, lo que se conoce como ritmo circadiano (cerca de un día). Este reloj biológico, a través de señales externas (la luz solar es el sincronizador más potente) es el que nos marca los períodos de vigilia y de sueño y la duración de los mismos, con una ritmicidad cercana a las 24 horas.
El recién nacido no tiene establecido este ritmo circadiano, por inmadurez de los centros nerviosos que lo controlan. Tiene un patrón de sueño irregular, durmiendo de 16 a 20 horas al día en períodos de 2,5 a 4 horas separados por intervalos de 1 a 2 horas de vigilia. Frecuentemente el patrón de sueño está asociado a los horarios de las comidas, por que sus ciclos suelen ser dormir-cambio de pañal- alimentarse y vuelta a empezar.
Alrededor de los 2-3 meses de edad el ritmo circadiano comienza a emerger, lo que se traduce en que el niño comienza a alargar el periodo de sueño nocturno y a pasar más tiempo durante el día despierto, con lo que de los 3 a los 6 meses de edad la mayoría de los niños tienen un sueño continuo desde las doce de la noche hasta las 5:00 am o incluso algunos ya lo alargan a toda la noche. A los 9 meses el 70% de los niños duermen toda la noche seguida. Al año de edad los niños ya tienen de 10 a 12 horas de sueño nocturno, a lo que suman de 2 a 4 horas de sueño correspondientes a las dos o tres siestas que hacen durante el día.
Consejos para ayudar al bebé a estabecer el ritmo circadiano
Para ayudar a nuestro bebé a establecer este ritmo circadiano y conseguir un sueño más eficiente es importante que le marquemos unas rutinas que sigamos día a día, de comidas, de actividad y de sueño:
- Establecer una rutina en lo que a horarios se refiere, tanto de acostarse como de levantarse, de las siestas y de las horas de alimentarlo.
- Crea unas rutinas asociadas al sueño: un baño relajado, leer un cuento en la cama…
- Antes de dormir evita juegos o actividades estimulantes como la televisión, consolas, etc.
- Es importante que mantengamos la habitación en la que duerme el bebé en condiciones óptimas de temperatura, de ruido y de oscuridad.
- La habitación debe ser un sitio de relajación y para el sueño, hacerla un lugar confortable y agradable para el niño, evitándola como castigo.
- Los niños deben aprender a dormirse por sí mismos. Ten en cuenta que los niños se despiertan por la noche. Lo normal es que vuelvan a dormirse solitos y su sueño continúe. El problema viene cuando el niño se ha acostumbrado a dormirse de la manita de papá o de mamá, pues para volver a dormirse reclamará vuestra presencia y así será cada vez que se despierte, lo que alterará el sueño del niño y el vuestro.
- Que la hora de acostar a tu hijo sea un momento placentero para él: hazlo sin prisas, transmítele seguridad, conviértelo en un momento especial, siempre con una actitud de calma y relajación. Así conseguirás que esté deseando que llegue este momento y evitarás que no quiera acostarse.
Dra. Paula Giménez
Unidad Multidisciplinar de Medicina de Sueño.