La experiencia cotidiana con el CPAP

La experiencia cotidiana con el CPAP

Se ha visto que un componente muy importante para adaptarse y tolerar el CPAP (presión positiva continua en la vía aérea superior) a la hora de tratar el Síndrome de Apnea-Hipopnea de Sueño (SASH) es la educación y la información a los pacientes y a sus familiares.

Por ello, os dejamos una recopilación de los principales problemas o dificultades asociados al CPAP que los pacientes suelen traer a consulta junto con algunas posibles soluciones:

DIFICULTAD PARA TOLERAR LA PRESIÓN: Es un obstáculo frecuente, sobre todo al principio del tratamiento y tras los ajustes periódicos que suponen una mayor presión.

¿Qué podemos hacer?

  1. Asegurarnos de que la presión que llevamos es la adecuada para nuestra situación actual. La presión no es algo fijo, puede variar por diferentes factores. Por ejemplo, por la pérdida significativa de peso. En ese caso, se recomienda un nuevo ajuste de presión.
  2. Activamos la opción de rampa. Es una opción que baja la presión a 4 cm de H2O. Esta rampa se puede programar para que dure entre 5 y 45 minutos, aunque lo habitual es que sean 20 minutos, un tiempo suficiente en la mayoría de los casos para que el paciente se quede dormido. Tras esos minutos, el CPAP subirá a la presión que esté programado.
  3. Usamos el CPAP mientras estamos despiertos, en un momento de tranquilidad, sin prisas, para ir familiarizándonos con las sensaciones que puede generar. Esto es especialmente importante en la primera fase del tratamiento, cuando nos estamos aclimatando al mismo.

DIFICULTAD PARA TOLERAR LA MÁSCARA:

Algunas recomendaciones son:

  1. Soltamos un poco la máscara, siempre y cuando no generemos fugas de aire. Puede ser que nos apriete demasiado y eso nos moleste, pero tenemos que encontrar un equilibrio entre el ajuste de la máscara y que no fugue aire por la misma.
  2. Adaptamos la máscara a nuestra cara lo mejor posible.
  3. Si tenemos heridas o irritación en la piel, podemos utilizar tiritas, algodón o alguna tela suave para evitar el contacto directo máscara-piel.
  4. No dudes en cambiar de máscara si está deteriorada o si crees que no es del tamaño adecuado, ya que esto puede entorpecer la eficacia del tratamiento. Existen diferentes tipos de máscaras: nasales, de olivas y buconasales, al igual que diferentes marcas de máscaras, por lo que si inicialmente no encuentras una que se adapte a tus necesidades y comodidad, no desesperes y consulta con tu Médico Experto en Sueño.

IRRITACIÓN NASAL:

La irritación nasal es un efecto secundario frecuente al inicio del tratamiento y suele remitir espontáneamente. Su manifestación más habitual es la rinorrea (moqueo). Para minimizar este tan molesto problema podemos:

  1. Aplicarnos spray salino antes de ir a la cama.
  2. Usamos el humidifcador. Es un accesorio que puede adaptarse al CPAP y permite regular el grado de humedad del aire que entra en las vías aéreas, evitando la sequedad de las mismas y consiguiendo una mejor tolerancia al tratamiento.
  3. Frecuentemente, Limpia y seca con aire el depósito del humidificador.

RESPUESTA CLAUSTROFÓBICA:

Muchos pacientes tienen el problema de que la máscara les genera claustrofobia ¿Qué podemos hacer?

  1. Contactamos con el servicio técnico para solicitar otras alternativas de máscara (por ejemplo, la máscara nasal o la máscara de olivas).
  2. Usamos el CPAP mientras estamos despiertos para acostumbrarnos a él y a las sensaciones que nos genera.
  3. Acudimos a la unidad de sueño para pedir asesoramiento o iniciar un programa de desensibilización, para reducir paulatinamente la ansiedad asociada.

DIFICULTAD PARA INICIAR EL SUEÑO UNA VEZ PUESTA LA MÁSCARA:

Algunas sugerencias son:

  1. De nuevo, llevamos el CPAP mientras estamos despiertos para ir progresivamente acostumbrándonos a él.
  2. Usar el modo de rampa, para llevar una presión más baja (4 cm de agua) y facilitar así la conciliación del sueño.
  3. No olvidemos cuidar y mantener los hábitos de higiene del sueño. El CPAP elimina los cierres de la vía respiratoria, pero eso no es suficiente si no cuidamos otros aspectos como las horas que pasamos en la cama sin dormir, el consumo de ciertas sustancias a ciertas horas, así como prácticas deportivas intensas a última hora del día.
  4. Retrasamos la hora de ir a la cama hasta sentirnos somnolientos.

SEQUEDAD DE BOCA:

Para este problema, podemos:

  1. Añadimos un humidificador al CPAP.
  2. Muchas veces la sequedad de boca es secundaria a que el paciente la abre mientras duerme. Ante esta situación podemos optar por una máscara naso-bucal o por el uso de una mentonera, que impedirá que abramos boca durante el sueño.

QUITARSE EL CPAP MIENTRAS SE ESTÁ DORMIDO: Muchos pacientes nos cuentan que se acuestan con la máscara y cuando se despiertan, ya no la llevan puesta. Es algo frecuente, sobre todo el principio del tratamiento. En caso de prolongarse, recomendamos acudir a la unidad de sueño para valoración.

PERSISTENCIA O REAPARICIÓN DE LOS SÍNTOMAS: A pesar de estar cumpliendo con el tratamiento, algunos síntomas pueden persistir o reaparecer tras un tiempo, por diferentes motivos. Por ejemplo: por aumentar de peso, por requerir más presión, porque haya habido un cambio en el estado de salud, por la edad… De ahí la importancia de las revisiones periódicas en la unidad o centro de referencia.

Paula García Casanova.

Psicóloga Unidad de Sueño de Vistahermosa.

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Clínica Vistahermosa
Policlínico San Carlos